viernes, 25 de octubre de 2013

La mala medicina

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Cuando uno escucha la palabra medicina. Uno piensa en recuperar la salud, en aliviarse, en quitarse el dolor. En sentirse mejor.

Igual cuando uno piensa en un doctor. Uno piensa en una figura que ayuda, que nos ayuda a recuperar la salud. Es una figura de respeto y haremos todo lo que nos diga.

Muchas personas que han sido lastimadas, que buscan la manera de crecer como personas, de obtener respuestas o buscan alivio por haber atravesado por una enfermedad o un evento doloroso en su vida. Buscan en la religión o en algún grupo o club. Apoyo ya sea emocional o espiritual.
Pero pueden encontrar Mala medicina.

Como cite antes. Uno espera de la medicina obtener mejoría y cosas positivas. Pero una mala medicina es aquella que prometía darnos ayuda. Pero el efecto es contrario.
No voy a criticar a ninguna religión ni en si a toda la religión. Solo a los malos religiosos llámense como se llamen. A los malos grupos, malos club de auto ayuda.

Por ejemplo. Había un grupo de mujeres que aparentaban ser feministas. Y una mujer que fue abandonada por su marido y se quedo sola con sus 2 hijos (una hija y un hijo) se unió al grupo. Es bueno pertenecer a un grupo. Pues puede ser  un apoyo emocional.  Pero este grupo era radical. Veían a los hombres como basura. Como bestias.

La hija de mujer no tuvo problemas en ir aceptando todo lo que el grupo les decía. Hasta que el grupo empezó a criticar el hecho de que su hermano viviera en la misma casa con la madre y su hermana. Ella pregunto cuál era el problema y su madre le dijo: “el es un hombre. El puede en algún momento querer abusar de otra mujer o golpearla es su naturaleza.”

Este comentario espanto y encendió  las luces rojas de la chica y se dio cuenta que existía un problema con ese grupo y que debía separarse de él.   

En ese sentido. Un grupo religioso, un club o grupo. Puede resultar perjudicial. Para sus miembros. Enfermarlos, intoxicarlos, y cambiarlos en personas que no son ellas.

El problema más grave es que estos grupos presionan, amenazan y emplean violencia sutil a sus agremiados o creyentes.  En el ámbito religioso la manipulación de la palabra pecado es muy conveniente. Pueden amenazar a los afiliados de que sus hijos se enfermarían si abandonan la iglesia.  O de que si critican o hablan de algo en sentido negativo referente a los líderes religiosos recibirían un castigo del cielo.

Recuerdo un programa de televisión. Donde la temática era que unas personas dedicadas a embargar vehículos cuando las personas dejaban de pagar las mensualidades. Estas personas acuden a un templo religioso protestante. Y el pastor se puso a gritar que el banco le había dado una prologa para pagar la camioneta. En el lugar estaban unas mujeres las cuales le dijeron que ellas le habían dado el dinero para pagar la camioneta y preguntaban qué había sucedido con el dinero.

El pastor ya enojado metió la mano al bolsillo del pantalón, tomo las llaves y aventó la llave de la camioneta pero junto con la llave se cayeron unas fichas que se usan en los casinos. Claro está, todo quedo aclarado que sucedió con el dinero que recibió.

Ahora si una persona integrante de su grupo religioso lo hubiera visto en un casino y hubiera comentado el hecho. Pudo haber sido condenado por el pastor. Pudo ser llamado mentiroso delante de toda la congregación, se le pudo castigar con ser separado de la congregación es decir negarle la convivencia con los demás. 

Ahora de ningún modo estoy generalizando. También a unos monjes católicos les incautó una camioneta y se resistieron. No estoy hablando contra un grupo religioso ni contra todos los religiosos. Hablo sobre los malos religiosos.

Porque cuando hablamos de religión pensamos en Dios obviamente. Pensamos en ser ayudados, en obtener respuestas, en mejorar como personas. Del mismo modo en que pensamos en medicina.

Pero igual existe la mala medicina, los malos doctores, los malos pastores, los malos religiosos, los malos sacerdotes, los malos grupos.

Y tenemos que tener esto en cuenta. Porque al buscar una manera de ayudarnos una manera de superar nuestros problemas. Podemos caer en las manos equivocadas y ser engañados. Y resultaría que es peor el remedio que la enfermedad.

En muchos grupos religiosos, clubs de auto ayuda, etc.  Todos son bienvenidos. Pero son como los contratos de televisión por cable cuando quieres salirte es todo un viacrucis.  Te llenan el cabeza de la palabra pecado.

Pecado si vez que el líder o sus amigos íntimos hacen algo comprometedor, algo que no se debe hacer y lo comentas con otros miembros.

Pecado si haces un comentario o observación por tanta colecta de dinero.

Pecado si el líder espiritual habla en contra del uso de perfumes o está en contra de que los hombres se dejen crecer la barba y tú exiges una explicación lógica y no fantasiosa.

Por citar unos ejemplos.

Muchas personas perdieron amistades, parte o toda su familia, por no salir de acuerdo con el líder de un grupo religioso.  Eso es mala medicina. Malos doctores.

Después se entera uno que tal o cual líder es millonario y tiene tanto en el banco y tantas propiedades. Y dices bueno es obvio que el dinero se ocupa para todo pero uno no está para hacer ricos a otros. Y en el aspecto religioso al menos desde el punto de vista tanto cristiano como budista no habla de hacerse rico. Al contrario.

La búsqueda de la salud emocional, espiritual puede ser un camino difícil, un camino que a veces más bien parece laberinto (con minotauros y todo) ósea con trampas, y peligros. Mucha gente no busca y prefiere quedarse donde están. Unos le llaman “zona de confort” otros le llaman mejor “malo conocido que peor”.

Bueno cada quien.

Pero si hay que tener cuidado si se está en lugar correcto. O si se va a un lugar correcto. Y saber cuándo hay que partir de ese lugar.  No vaya a ocurrir como el cuento de la rana.


Es sobre una rana que cae en una cazuela con agua caliente. El secreto para que la rana no escape. Es que el agua se debe ir calentando poco a poco. Pues si se calienta rápido la rana se asusta y salta. Pero si es poco a poco ella se acomoda y se va acostumbrando … hasta que queda cocinada.


Escrito por mercc para seguir creciendo.

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