jueves, 28 de febrero de 2013
Cuando se quiere, se puede
Un hombre Indio de 40 años de edad. Llamado Sharma. Abandona su tienda de comestibles, 2 horas al
día. Para dar clases a niños pobres. Debajo de un puente. El cree (y es cierto) que la educación para
los niños es muy importante y que sin ella estarán condenados a vivir en la
pobreza.
El de su propia bolsa les compra los útiles a los chicos. Así
como costea los utensilios que se usan para dar clase. Aunque no tenga un aula.
Ni mobiliario el Sr. Sharma se las
arregla para enseñarles a los niños a leer, les enseña matemáticas y a
escribir.
Para Sharma. Que dejo
su carrera de administración por falta de recursos. Y esto le peso mucho, pues tenía
muchos deseos de superarse. El sabe muy
bien que la falta de dinero, evita que las personas puedan tener un mejor
futuro. Cuando vio a los niños
vagabundeando y jugando con tierra. Se dio cuenta que estaban desperdiciando su
juventud y decidió hacer algo.
El problema para Sharma fue convencer a los padres de los
chicos. Para que los mandaran a estudiar pues, ellos preferían mandarlos a
trabajar, para que aportaran a la economía familiar. Le fue difícil convencerlos
de que la educación es un bien valioso. y aunque de momento no genere ingresos. les ayuda a tener un mejor futuro a los niños. y evitara que caigan en el circulo de la pobreza.
Muchos de sus alumnos pudieron acudir a la escuela y la formación
que recibieron en esa escuela rudimentaria les ayudo bastante. Incluso algunos siguen acudiendo a las clases
de Sharma, aunque ya están cursando en la escuela oficial.
“Nuestro maestro nos enseñó que la única manera de evitar la pobreza extrema es abrir la mente y esto sólo puede hacerse a través de la educación“, dice uno de sus estudiantes.
Ojala en las clases de Sharma empiecen a acudir niñas. Pues en
la India la mujer es considerada como un objeto sin valor. Por lo pronto el
empeño de este humilde tendero ya está rindiendo frutos. Por eso titule el
post. Cuando se quiere se puede. Pues este
señor quiso y pudo.
“El hombre no se da cuenta de cuánto puede hacer, más que cuando realiza intentos, medita y desea.”
Niccolò Ugo Foscolo
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